¿Son de verdad?
A veces las pienso, las pronuncio, las leo, las escribo, las canto, las asimilo, las creo, las vivo... a veces responden como frías, dulces, agrias, fuertes, altas... las mandamos a un niño, un adulto, un padre, un amigo, un amor; pero la magia de todas éstas es que no se gastan, porque mudos, jóvenes, mimos, astronautas, pensionistas... todos, todos las sienten aquí dentro.
Me pregunto cuantos son los que aprecian cuando son para uno mismo.
Palabras... PALABRAS PARA QUIEN.
22/5/10
Me alegra saber que es capaz de querer aunque sea a otra persona.
2 comentarios:
Pero que duro es, que duro. Al menos a mi me lo resulta!
Bien.
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