¿Son de verdad?
A veces las pienso, las pronuncio, las leo, las escribo, las canto, las asimilo, las creo, las vivo... a veces responden como frías, dulces, agrias, fuertes, altas... las mandamos a un niño, un adulto, un padre, un amigo, un amor; pero la magia de todas éstas es que no se gastan, porque mudos, jóvenes, mimos, astronautas, pensionistas... todos, todos las sienten aquí dentro.
Me pregunto cuantos son los que aprecian cuando son para uno mismo.
Palabras... PALABRAS PARA QUIEN.
14/4/10
Sabes, cuando hice esta fotografía me acordé de ti; no por lo que expresa sino por lo que no me hace sentir.